¿Hábitos saludables o dieta estricta?

En la búsqueda de la transformación personal, surge una pregunta crucial: ¿qué es lo que realmente importa, el resultado o la forma en que lo alcanzamos y lo mantenemos?
Las dietas para perder peso no funcionan
Cuando nos enfocamos en un resultado específico, como perder cierta cantidad de kilos, y recurrimos a dietas restrictivas, a menudo logramos un cambio momentáneo. Sin embargo, si después de alcanzar nuestro objetivo volvemos a nuestros antiguos hábitos, es probable que los kilos regresen, e incluso puedan aumentar. Esta mentalidad nos atrapa en un ciclo de constante búsqueda de motivación para volver a “cerrar la boca”, en lugar de abordar la raíz del problema.
El poder de cambiar hábitos
Por lo tanto, la solución radica en cambiar hábitos en lugar de buscar soluciones rápidas que restrinjan nuestra felicidad a corto plazo. Estos sistemas que prometen soluciones instantáneas pueden restringir nuestra felicidad y no son sostenibles a largo plazo. Cambiar hábitos implica un proceso de mejora continua y refinamiento constante en lugar de centrarse únicamente en el logro de metas. No se trata de una única victoria, sino de un viaje constante hacia el mejoramiento personal.
La importancia de la nutrición balanceada
Cuando se trata de objetivos de salud, la mera noción de “comer saludable” puede no ser suficiente. No se trata solo de saber qué alimentos son saludables, sino también de comprender las cantidades adecuadas. Por lo tanto, la clave está en tener un plan nutricional estructurado con porciones definidas en función de tus necesidades y metas específicas.
El movimiento como bienestar
En lo que respecta al movimiento, la clave no está en pensar que debemos “ir al gimnasio” constantemente, sino en encontrar formas de mantenernos activos de una manera que disfrutemos y podamos mantener a largo plazo. El movimiento no debe verse como una forma de “quemar calorías”, sino como una manera de valorar y respetar nuestro cuerpo y promover nuestro bienestar en general.
El papel de las emociones en la nutrición
La nutrición y la alimentación también están estrechamente ligadas a nuestras emociones. A menudo comemos por razones más allá del hambre físico, como la ansiedad. Por lo tanto, es fundamental considerar los aspectos emocionales al abordar nuestros objetivos de salud.
El cambio como una búsqueda de bienestar
Es válido buscar modificar la composición corporal, pero debe abordarse desde un lugar de aceptación y autocuidado, no desde un deseo de alcanzar un valor numérico arbitrario. Al enfocarnos en nuestro bienestar integral, ganamos confianza, autoestima y amor propio. El cambio se convierte en algo más profundo y duradero, un cambio de adentro hacia afuera.
Así que, ¿seguiremos persiguiendo números en la balanza o nos centraremos en disfrutar el proceso? La elección es nuestra.
Este artículo fue elaborado por el equipo de SomosFit. Un grupo de profesionales de tres disciplinas unidas (nutricionistas, entrenadores y psicólogos), para cambiar los hábitos de las personas con el fin de ayudarlas a conseguir un estilo de vida saludable.